Imaginaos una discusión entre un científico chino y otro digamos chileno sobre si un asteroide en concreto supone una amenaza para el planeta. ¿Cómo terminaría la discusión? Pues por ejemplo con el oriental atrayendo al asteroide hacia la Tierra para demostrar lo correcto de su tesis.
No es un chiste exactamente, sino una idea del profesor Hexi Baoyin y sus compañeros de la Universidad Tsinghua en la capital Beijing. Para ellos, atraer cierto número de pequeños asteroides próximos a nuestra atmósfera es relativamente sencillo e inocuo. Para apoyar su propuesta ponen el ejemplo de Jupiter, que constantemente atrae objetos próximos hacia si que posteriormente devuelve al espacio exterior, como en el caso del cometa Oterma.
Ningún objeto próximo a la tierra es capaz, según los cálculos de los chinos, de llegar aquí por si mismo. ¿Qué tal si les damos un empujón?, dice Baoyin, que cree posible cambiar su órbita para que se aproximen convirtiéndose en un pequeño satélite de la Tierra.
Y ya han identificado un buen candidato: 2008EA9, un objeto con una velocidad orbital similar a la nuestra que pasará más o menos a un millón de kilómetros de distancia de nuestro planeta… en el 2049. Bastaría con cambiar su velocidad a 410 metros por segundo para que se colocara al doble de distancia de la Luna. Una ubicación perfecta para estudiarlo y después dejar que continúe su periplo espacial.
Lo que no aclaran es el cómo, pero que más da, ¿qué podría fallar?
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